Durante todo el año, sea verano o invierno, al menos una vez al mes y siempre que vayas a hacer un viaje largo debes revisar el nivel de estos cinco líquidos del coche. De ellos depende que el motor funcione correctamente y no tengas que acudir al taller antes de tiempo con averías desagradables.
Te lo explicamos de una forma breve y sencilla.
1.- ACEITE
Es el más importante de tu vehículo, todos conocemos las consecuencias de no cambiar el aceite o no de llevar el nivel por debajo de lo aconsejado, también es importante que no vaya por encima del máximo.
Además de sustituirlo cuando indique el fabricante, es el nivel que con más frecuencia hay que revisar, sobre todo si el coche es antiguo. Para comprobar el nivel, el coche ha de estar en un lugar plano y horizontal, y muy importante, en frío, ya que en caliente el nivel siempre es más alto.
Extrae la varilla de medición y después de limpiarla, vuelve a introducir la varilla hasta el fondo, en el extremo hay dos marcas que nos indican el nivel mínimo y máximo.
Si el nivel es bajo… Lo mejor es acudir a tu taller y comprobar junto con el mecánico si hubiera alguna pérdida o consumo acelerado, es posible que tengas que hacer el cambio de aceite antes de lo esperado si el coche es antiguo. Si no se aprecia nada raro, conviene rellenar, siempre con el mismo aceite que se utilizó la última vez que se le hizo la revisión.
Si el nivel es alto… Acude a tu taller, allí retirarán el sobrante y comprobarán que ese exceso no ha producido ninguna avería por una presión excesiva.
2.- REFRIGERANTE
La función de este líquido es recorrer el circuito interno del motor y absorber parte del calor que genera la combustión, por lo que evita el calentamiento del motor. Un exceso de temperatura provocaría una avería grave.
Está compuesto por agua destilada y anticongelante concentrado, fundamental para que en invierno no se congele. El refrigerante debe tener una temperatura de ebullición muy alta y una temperatura de congelación baja, aparte de propiedades anticorrosivas. Conviene revisarlo cada 20.000 o 30.000 kilómetros y sustituirlo (antes de que pierda propiedades) cada 40.000 kilómetros o cada dos años.
Para comprobar su nivel es importantísimo que el coche esté frío, de lo contrario al abrir el tapón podría expulsar vapor con el riesgo de quemaduras. La botella suele ser grande y transparente, dejándose ver el nivel a simple vista entre dos marcas.
Si el nivel es bajo… Simplemente rellenar, no uses dos distintos, si no tienes claro cual es el que recomienda el fabricante rellena solo con agua destilada. Si fuera invierno, no es suficiente el agua destilada osea que acude a tu taller para rellenar con el anticongelante adecuado.
Si el nivel es alto… Acude a tu taller, vaciar el depósito es complicado ya que el tapón de vaciado esta en la parte baja del radiador y esta operación puede resultar sucia y engorrosa.
3.- LÍQUIDO DE FRENOS
La propia palabra «frenos» relacionada con el coche asusta solo con oírla, evidentemente es fundamental para la seguridad y conviene revisarlo con la misma frecuencia que los anteriores. Aunque el cambio de líquido será cada dos años aproximadamente.
Para comprobar su nivel, también con el motor en frío, hay que buscar un pequeño depósito con un tapón negro y con letras amarillas, el nivel se aprecia a simple vista.
Si el nivel es bajo… Para no variar, acudir al taller, es posible que el nivel esté bajo porque las pastillas de freno estén desgastadas, y cuando esto sucede hay que sustituirlas para no dañar los discos de freno y aumentar el gasto de la avería.
Si el nivel es alto… No suele ser habitual, así que aconsejamos acudir al mecánico para ver cual puede ser el motivo.
4.- LÍQUIDO DE DIRECCIÓN
Aunque no es de los más importantes, si bien la dirección del coche es evidente que hay que tenerla en cuenta, así que al menos una vez al año, con el motor caliente, localiza el depósito (suele tener un volante grabado en el tapón) y comprueba su nivel, el mismo tapón lleva una varilla de medición, límpiala y vuelve a introducirla.
Si el nivel es bajo… Rellénalo tú mismo, por supuesto con el líquido que recomiende el fabricante.
Si el nivel es alto… No suele ocurrir, así que si esto pasa, consulta con tu taller.
5.- AGUA DEL LIMPIAPARABRISAS
Está claro que de los 5 es el menos preocupante, pero no por ello hay que descuidarlo, todos sabemos que un parabrisas sucio resulta peligroso cuando el sol nos da de frente. El nivel es muy sencillo de comprobar, también con un depósito translúcido. Nos daremos cuenta que se ha agotado cuando accionemos la palanca de los limpiaparabrisas y comprobemos que no sale agua.
Si el nivel es bajo… Nos toca rellenar, es fácil de localizar, y simplemente tener en cuenta que si es invierno utilizar líquido específico para que no se congele.
Si el nivel es alto… Quiere decir que nos hemos pasado al rellenar, esto no suele pasar por sí solo.
Después de estos sencillos consejos toca ponerlos en marcha y solo con percatarnos de algún nivel alto o bajo y tomar las medidas oportunas podremos evitar alguna avería, que en un vehículo significa tiempo y dinero.
Ahhh, y no os olvidéis de los neumáticos…
La presión en los Neumáticos es más importante de lo que nos creemos…